Noticias: 10 Razones para Correr
Esta nota pertenece a una página española y me pareció muy interesante que todos los que corremos la pudieramos compartir. OAQ.
10 Razones para correr
Por Juan Mora
1. Para conocer la libertad.
Imaginate ser capaz de llegar con tus piernas hasta donde alcanzan tus ojos, mirar al horizonte y saber que puedes alcanzar los confines que contemplas. delante de ti tienes un camino. Puedes echar a correr sin miedo de que te lleve a ninguna parte.
¿10 km? ¿20, quizá? Da igual.
Si no tienes prisa ponés un ritmo lento y llegarás hasta donde quieras.
Formarás parte de un paisaje solo reservado a los intrépidos. Conocerás sensaciones de auténtica libertad; tú eres dueño de tiempo, del espacio y de tus límites. El éxtasis se alcanza si el día es primaveral.
Imaginate un cielo azul, un sol que notas suavemente en los brazos, el olor del campo... ¡Abrete a los sentidos! ¡Disfrutá! ¡Eres libre! Te sientes poderoso integrado en la fuerza descumunal de una naturaleza floreciente. Formas parte de ella. Tu plenitud de facultades te permite el milagro. No hay nada que pueda con tigo.
2. Por salud.
Un médico examinaba la analítica de un paciente. Este mostraba inquietud por los valores que alcanzaban determinados parámetros. "No es que sean del todo normales, pero tampoco debe preocuparse. Continue haciendo su vida habitual de momento", concluyó el doctor.
-¿Entonces puedo seguir corriendo?, le preguntó al médico.
-¿Cúanto?
-Veinte, treinta km. Estoy en la fase final del plan de preparación de una maratón.
-¿Qué ud. es capaz de hacerse treinta km? ¿Y viene aquí a preguntarme si ud. está enfermo? Si cualquiera de mis pacientes fuera capaz de hacer eso, yo estaría en el paro. Contra eso no hay analítica que valga.
¡Ud. está como un roble!
Este diálogo, que es real, resume las bondades de la carrera. Hasta las enfermedades cardíacas de cierta levedad se combaten con el ejercico y, por supuesto que es la mejor prevención contra ellas. En un libro que cayó en mis manos leí que la preparación de un maratón equivale a un seguro de 7 años contra cualquier afección coronaria. Podrá ser o no una exageración, pero de lo que no hay duda es que el corazón de los corredores es una máquina que lo puede todo.
Corriendo, además se logra un peso estabilizado, que es otra fuente de salud, y también que la parte mecánica del cuerpo funcione a la perfección gracias a la flexibilidad y la elasticidad.
3. Para adelgazar.
El corre por si solo no garantiza una espectacular pérdida de peso (debería ir acompañado de dieta), pero si de volúmen . La combustión extra de calorías que las grasas y mantiene a la persona en un peso idóneo.
Indicar un plan sistemático de preparación equivale a la pérdida segura de un par de kilos. La mayor reducción de peso se producira con un esfuerzo grande basado en una hora de carrera diaria a una intensidad relatinamente fuerte, que es algo que se puede afrontar cuando uno se encuentra lo suficientemente entrenado nunca antes.
Una persona puede tener equilibrada su cuenta de calorías diarias con 2500 que ingresa a travez de los alimentos. A poco ejercicio que realice se produce una descompensación a favor del gasto que influye directa y rápidamente en la reducción de volúmen, aunque no se refleja tanto en la báscula como se quisiera, pues el músculo gana en fuerza y pesa más que antes.
4. Por fomentar la amistad.
En una época en la que existe un claro deterioro de las relaciones, porque no hay tiempo para nada el correr con una persona al lado permite recuperar el espíritu de la amistad. Hay que compartir una hora, o media, al lado de una persona que persigue los mismos fines que tú, superar el entrenamiento. Durante todo ese entrenamiento se habla, y mucho, sobre todo si la preparación se hace a ritmo lento que es lo suyo.
Siempre se a dicho que la mayor velocidad de entrenamiento es aquella que permite hablar con el compañero, pues garantiza ir lo suficientemente despacio para no llegar al agotamiento. Pues ahí tenemos la clave. La conversación nos permitirá la velocidad ideal de crucero.Si vemos que al hablar jadeamos, rebajamos más el ritmo. Lo importante es conversar así se nos pasará el tiempo más rápido y recuperaremos la costumbre perdida del hablar por hablar.
Hay una cosa segura: si afrontamos con otra persona todo un plan de preparación del maratón, habremos ganado un hermano. Las sensaciones y experiencias compartidas, los sufrimientos superados conjuntamente y la alegría de haber consegido un objetivo común nos habrán hermanado de por vida con un compañero.
5.Para combatir los vicios.
El corredor aficionado no tiene que llevar una vida monástica, en absoluto. Pero si cojemos el hábito de correr, seguro que nos es más facil combatir lo que no es saludable. Por ejemplo, si se fuma, se fumará menos o nada, si se bebe, lo mismo; si se trasnocha, igual.
Resulta una contradicción cuidar el organismo una hora al día y maltratarlo la siguiente. Por eso, si realizamos una actividad física diaria, inconscientemente iremos apartando costumbres anteriores no acordes con la nueva vida que llevamos. Y si tomamos una cervecita, somos capaces de neutralizar el ingreso extra de calorías que provocaría en una persona sedentaria el consiguiente y paulatino aumento de volúmen. Lo mismo que si nos pasamos un día en la comida. Con la carrera tenemos a nuestra disposición un medio para combatir los pequeños excesos.
El hábito de correr nos ayuda, además, a estructurar el día porque los organizamos en torno a la hora diaria de ejercicios. Si lo hacemos por la mañana nada más levantarnos, nos obligará a acostarnos más temprano; si la hora elegida es a mediodía, ello nos impedirá una comida copiosa, entre otras cosas porque le habremos restado tiempo para ganarlo al correr; si es por la noche nos habremos cuidado un mínimo durante el día para afrontar el esfuerzo con garantías de difrutarlo, no de soportarlo.
6. Para vencer al maratón.
Uno de los retos más sugerentes que se planea en nuestra época es llegar a terminar un maratón, aunque sea uno solo en toda la vida. Para ello no queda más remedio que correr con regularidad al menos durante 3 meses. No hay otra solución.
Terminar un maratón proporciona auténticas satisfacciones. No es cosa baladí, porque superarlo tiene connotaciones no sólo deportivas. Por lo tanto es sinónimo de fuerza de voluntad, de una disposición de afrontar desafíos desconocidos,de un deseo de conocer donde están nuestros límites; es, en resumen, un deseo de poner a prueba nuestras plenas capacidades porque los entrenamientos no sólo miden el aspecto físico, sino más todavía la capacidad de superación psíquica, pues cuando llega un día y otro, y otro, que hay que salir a correr, que llueve, que no hay tiempo, que no apetece, todo eso hay que vencerlo. Sino, por muchas piernas que se tengan, jamás se podrá pretender con garantías el maratón, prueba que condensa en sus 42,195 km todo un tratado de la vida.
No pongas excusas de que no tienes cualidades para hacerlo. No te piden ganar sólo terminar, y para ello te dan tiempo del mundo. Medio millón de personas normales y corrientes hacen cada año un maratón. Sólo tienes que querer.
7. Para estar siempre en forma.
El deporte forma parte de nuestra sociedad. Un partido de tenis, de fulbito, un paseo en bici o aunque nada más sea un paseo a pie por la sierra obliga a disponer de un mínimo de forma física si no se quiere hacer el ridículo. Invitaciones a intervenir en una de estas actividades puede llegarnos en cualquier momento. Y a veces hay que aceptar. ¡Cuánto echaremos entonces de menos la forma que teníamos de chavales!
La forma física hay que cultivarla, de lo contrario se va. Un mínimo de ejercicio semanal, aunque sólo sean dos días, garantiza no perderla y estar apto para apuntarse a lo que sea por muy de improviso que llegue. Y para ello, nada como la carrera. Es lo más sencillo (un par de zapatillas), lo que menos tiempo lleva (uno sale a la calle y ya está corriendo) y lo que más en forma pone (trabajar todo el cuerpo y, sobre todo, el corazón, motor de la resistencia). De esta manera podemos dar envidia al vecino de enfrente, "que es lo importante".
8. Para comprender a los atletas.
La soledad del corredor de fondo forma parte del vocabulario de cualquier persona cuando quiere expresar determinado sentimiento. La imagen puede resultar muy plástica, pero realmente sólo la pueden comprender quienes la hayan sentido. Esta soledad no es ni buena ni mala, es consustancial a quien habitualmente corre.
Un corredor solitario, al margen de la expresión épica con que se utiliza, es una persona que puede parecer egoísta, introvertida, pero dueña totalmente de sus actos. Si nadie es capaz de hacer lo que él no se va a dejar arrastrar por la mayoría.
Hace lo que cree que debe hacer, sin reparar en medios.
Un corredor solitario profesional es la expresión máxima del sufrimiento, porque se prepara para llegar a donde nadie es capaz de hacerlo. Es capaz de vencer la dificultades sin que necesite altavoces que jaleen sus proezas. Será en la competición donde saque a relucir todo su trabajo y no siempre con brillantez, aunque le quedará la satisfacción de saber que él ha sido honesto y que no pudo hacer más.
Corriendo, sometiéndonos a un plan completo de entrenamiento, podemos comprender el alcance del esfuerzo al que se somete los atletas. Y podemos compararlo con el de otros deportes. Cuando leemos la gesta de que los futbolistas se han sometido a una sesión de una hora de carrera continua y acabaron, además, exhaustos, tendremos, argumentos para decir que el fútbol es un juego donde sus protagonistas escatiman sus fuerzas en cuanto no hay un balón de por medio.
9. Por el perro.
Tener un perro es una magnífica excusa para salir a correr. Si no se limita al obligado paseo para que haga sus nesecidades. El perro se desfoga y pasa del resto del día tranquilo en casa. Correr con él representa una doble satisfacción: disfruta él y disfrutamos nosotros. Nos contagia su vitalidad y nos entretiene con sus juegos.
El día que no lo saquemos lo pedirá con la mirada, será como si le faltara algo y nos invitara a salir, aunque sólo sea media hora.
Será él quien nos imponga la disciplina del ejercicio diario y de verdad que no nos arrepentiremos. Hará los papeles de un entrenador, que nos impondrá, pero sin necesidad de decirnos nada, salir a trotar un poco.
10. Para renunciar a nuestra imagen anterior.
Una vez que se empieza a correr son tantos los beneficios a corto plazo, que en muy poco tiempo no aceptaremos nuestra imagen anterior, aquella que teníamos cuando no hacíamos nada de deporte.
Habremos ganado en apariencia física, salud y orden. todo a cambio de un ratito diario de suave ejercicio.
Eso sí, empecemos a correr despacio, exageradamente despacio. Será nuestro cuerpo el que nos vaya pidiendo marcha según vaya mejorando nuestro estado de forma. Precipitarnos sólo puede provocarnos lesiones y un agotamiento innecesario que quebrará nuestra moral. No demos excusas al organismo para dejar de correr.
Hay que ser muy constante y prudente en los inicios. la mejor manera de terminar es empezando bien.
10 Razones para correr
Por Juan Mora
1. Para conocer la libertad.
Imaginate ser capaz de llegar con tus piernas hasta donde alcanzan tus ojos, mirar al horizonte y saber que puedes alcanzar los confines que contemplas. delante de ti tienes un camino. Puedes echar a correr sin miedo de que te lleve a ninguna parte.
¿10 km? ¿20, quizá? Da igual.
Si no tienes prisa ponés un ritmo lento y llegarás hasta donde quieras.
Formarás parte de un paisaje solo reservado a los intrépidos. Conocerás sensaciones de auténtica libertad; tú eres dueño de tiempo, del espacio y de tus límites. El éxtasis se alcanza si el día es primaveral.
Imaginate un cielo azul, un sol que notas suavemente en los brazos, el olor del campo... ¡Abrete a los sentidos! ¡Disfrutá! ¡Eres libre! Te sientes poderoso integrado en la fuerza descumunal de una naturaleza floreciente. Formas parte de ella. Tu plenitud de facultades te permite el milagro. No hay nada que pueda con tigo.
2. Por salud.
Un médico examinaba la analítica de un paciente. Este mostraba inquietud por los valores que alcanzaban determinados parámetros. "No es que sean del todo normales, pero tampoco debe preocuparse. Continue haciendo su vida habitual de momento", concluyó el doctor.
-¿Entonces puedo seguir corriendo?, le preguntó al médico.
-¿Cúanto?
-Veinte, treinta km. Estoy en la fase final del plan de preparación de una maratón.
-¿Qué ud. es capaz de hacerse treinta km? ¿Y viene aquí a preguntarme si ud. está enfermo? Si cualquiera de mis pacientes fuera capaz de hacer eso, yo estaría en el paro. Contra eso no hay analítica que valga.
¡Ud. está como un roble!
Este diálogo, que es real, resume las bondades de la carrera. Hasta las enfermedades cardíacas de cierta levedad se combaten con el ejercico y, por supuesto que es la mejor prevención contra ellas. En un libro que cayó en mis manos leí que la preparación de un maratón equivale a un seguro de 7 años contra cualquier afección coronaria. Podrá ser o no una exageración, pero de lo que no hay duda es que el corazón de los corredores es una máquina que lo puede todo.
Corriendo, además se logra un peso estabilizado, que es otra fuente de salud, y también que la parte mecánica del cuerpo funcione a la perfección gracias a la flexibilidad y la elasticidad.
3. Para adelgazar.
El corre por si solo no garantiza una espectacular pérdida de peso (debería ir acompañado de dieta), pero si de volúmen . La combustión extra de calorías que las grasas y mantiene a la persona en un peso idóneo.
Indicar un plan sistemático de preparación equivale a la pérdida segura de un par de kilos. La mayor reducción de peso se producira con un esfuerzo grande basado en una hora de carrera diaria a una intensidad relatinamente fuerte, que es algo que se puede afrontar cuando uno se encuentra lo suficientemente entrenado nunca antes.
Una persona puede tener equilibrada su cuenta de calorías diarias con 2500 que ingresa a travez de los alimentos. A poco ejercicio que realice se produce una descompensación a favor del gasto que influye directa y rápidamente en la reducción de volúmen, aunque no se refleja tanto en la báscula como se quisiera, pues el músculo gana en fuerza y pesa más que antes.
4. Por fomentar la amistad.
En una época en la que existe un claro deterioro de las relaciones, porque no hay tiempo para nada el correr con una persona al lado permite recuperar el espíritu de la amistad. Hay que compartir una hora, o media, al lado de una persona que persigue los mismos fines que tú, superar el entrenamiento. Durante todo ese entrenamiento se habla, y mucho, sobre todo si la preparación se hace a ritmo lento que es lo suyo.
Siempre se a dicho que la mayor velocidad de entrenamiento es aquella que permite hablar con el compañero, pues garantiza ir lo suficientemente despacio para no llegar al agotamiento. Pues ahí tenemos la clave. La conversación nos permitirá la velocidad ideal de crucero.Si vemos que al hablar jadeamos, rebajamos más el ritmo. Lo importante es conversar así se nos pasará el tiempo más rápido y recuperaremos la costumbre perdida del hablar por hablar.
Hay una cosa segura: si afrontamos con otra persona todo un plan de preparación del maratón, habremos ganado un hermano. Las sensaciones y experiencias compartidas, los sufrimientos superados conjuntamente y la alegría de haber consegido un objetivo común nos habrán hermanado de por vida con un compañero.
5.Para combatir los vicios.
El corredor aficionado no tiene que llevar una vida monástica, en absoluto. Pero si cojemos el hábito de correr, seguro que nos es más facil combatir lo que no es saludable. Por ejemplo, si se fuma, se fumará menos o nada, si se bebe, lo mismo; si se trasnocha, igual.
Resulta una contradicción cuidar el organismo una hora al día y maltratarlo la siguiente. Por eso, si realizamos una actividad física diaria, inconscientemente iremos apartando costumbres anteriores no acordes con la nueva vida que llevamos. Y si tomamos una cervecita, somos capaces de neutralizar el ingreso extra de calorías que provocaría en una persona sedentaria el consiguiente y paulatino aumento de volúmen. Lo mismo que si nos pasamos un día en la comida. Con la carrera tenemos a nuestra disposición un medio para combatir los pequeños excesos.
El hábito de correr nos ayuda, además, a estructurar el día porque los organizamos en torno a la hora diaria de ejercicios. Si lo hacemos por la mañana nada más levantarnos, nos obligará a acostarnos más temprano; si la hora elegida es a mediodía, ello nos impedirá una comida copiosa, entre otras cosas porque le habremos restado tiempo para ganarlo al correr; si es por la noche nos habremos cuidado un mínimo durante el día para afrontar el esfuerzo con garantías de difrutarlo, no de soportarlo.
6. Para vencer al maratón.
Uno de los retos más sugerentes que se planea en nuestra época es llegar a terminar un maratón, aunque sea uno solo en toda la vida. Para ello no queda más remedio que correr con regularidad al menos durante 3 meses. No hay otra solución.
Terminar un maratón proporciona auténticas satisfacciones. No es cosa baladí, porque superarlo tiene connotaciones no sólo deportivas. Por lo tanto es sinónimo de fuerza de voluntad, de una disposición de afrontar desafíos desconocidos,de un deseo de conocer donde están nuestros límites; es, en resumen, un deseo de poner a prueba nuestras plenas capacidades porque los entrenamientos no sólo miden el aspecto físico, sino más todavía la capacidad de superación psíquica, pues cuando llega un día y otro, y otro, que hay que salir a correr, que llueve, que no hay tiempo, que no apetece, todo eso hay que vencerlo. Sino, por muchas piernas que se tengan, jamás se podrá pretender con garantías el maratón, prueba que condensa en sus 42,195 km todo un tratado de la vida.
No pongas excusas de que no tienes cualidades para hacerlo. No te piden ganar sólo terminar, y para ello te dan tiempo del mundo. Medio millón de personas normales y corrientes hacen cada año un maratón. Sólo tienes que querer.
7. Para estar siempre en forma.
El deporte forma parte de nuestra sociedad. Un partido de tenis, de fulbito, un paseo en bici o aunque nada más sea un paseo a pie por la sierra obliga a disponer de un mínimo de forma física si no se quiere hacer el ridículo. Invitaciones a intervenir en una de estas actividades puede llegarnos en cualquier momento. Y a veces hay que aceptar. ¡Cuánto echaremos entonces de menos la forma que teníamos de chavales!
La forma física hay que cultivarla, de lo contrario se va. Un mínimo de ejercicio semanal, aunque sólo sean dos días, garantiza no perderla y estar apto para apuntarse a lo que sea por muy de improviso que llegue. Y para ello, nada como la carrera. Es lo más sencillo (un par de zapatillas), lo que menos tiempo lleva (uno sale a la calle y ya está corriendo) y lo que más en forma pone (trabajar todo el cuerpo y, sobre todo, el corazón, motor de la resistencia). De esta manera podemos dar envidia al vecino de enfrente, "que es lo importante".
8. Para comprender a los atletas.
La soledad del corredor de fondo forma parte del vocabulario de cualquier persona cuando quiere expresar determinado sentimiento. La imagen puede resultar muy plástica, pero realmente sólo la pueden comprender quienes la hayan sentido. Esta soledad no es ni buena ni mala, es consustancial a quien habitualmente corre.
Un corredor solitario, al margen de la expresión épica con que se utiliza, es una persona que puede parecer egoísta, introvertida, pero dueña totalmente de sus actos. Si nadie es capaz de hacer lo que él no se va a dejar arrastrar por la mayoría.
Hace lo que cree que debe hacer, sin reparar en medios.
Un corredor solitario profesional es la expresión máxima del sufrimiento, porque se prepara para llegar a donde nadie es capaz de hacerlo. Es capaz de vencer la dificultades sin que necesite altavoces que jaleen sus proezas. Será en la competición donde saque a relucir todo su trabajo y no siempre con brillantez, aunque le quedará la satisfacción de saber que él ha sido honesto y que no pudo hacer más.
Corriendo, sometiéndonos a un plan completo de entrenamiento, podemos comprender el alcance del esfuerzo al que se somete los atletas. Y podemos compararlo con el de otros deportes. Cuando leemos la gesta de que los futbolistas se han sometido a una sesión de una hora de carrera continua y acabaron, además, exhaustos, tendremos, argumentos para decir que el fútbol es un juego donde sus protagonistas escatiman sus fuerzas en cuanto no hay un balón de por medio.
9. Por el perro.
Tener un perro es una magnífica excusa para salir a correr. Si no se limita al obligado paseo para que haga sus nesecidades. El perro se desfoga y pasa del resto del día tranquilo en casa. Correr con él representa una doble satisfacción: disfruta él y disfrutamos nosotros. Nos contagia su vitalidad y nos entretiene con sus juegos.
El día que no lo saquemos lo pedirá con la mirada, será como si le faltara algo y nos invitara a salir, aunque sólo sea media hora.
Será él quien nos imponga la disciplina del ejercicio diario y de verdad que no nos arrepentiremos. Hará los papeles de un entrenador, que nos impondrá, pero sin necesidad de decirnos nada, salir a trotar un poco.
10. Para renunciar a nuestra imagen anterior.
Una vez que se empieza a correr son tantos los beneficios a corto plazo, que en muy poco tiempo no aceptaremos nuestra imagen anterior, aquella que teníamos cuando no hacíamos nada de deporte.
Habremos ganado en apariencia física, salud y orden. todo a cambio de un ratito diario de suave ejercicio.
Eso sí, empecemos a correr despacio, exageradamente despacio. Será nuestro cuerpo el que nos vaya pidiendo marcha según vaya mejorando nuestro estado de forma. Precipitarnos sólo puede provocarnos lesiones y un agotamiento innecesario que quebrará nuestra moral. No demos excusas al organismo para dejar de correr.
Hay que ser muy constante y prudente en los inicios. la mejor manera de terminar es empezando bien.
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